S.O.S. ¡Un quite para la Feria de Valencia!
No es un secreto que en Venezuela la actividad taurina ya no es la misma desde hace algún tiempo.
Empresarios y/o ganaderos inescrupulosos, otros con ansias de monopolizar la fiesta, abandono de algunas Escuelas Taurinas del país, la ‘entrega’ sin resistencia alguna de la plaza de toros más importante del país, entre otros, han sido los principales motivos por los cuales cada vez se celebran menos festejos en nuestro país.
Tovar, San Cristóbal, Mérida, aparentemente Maracaibo (está anunciada una corrida) y ya veremos si Maracay (amenazada por una medida judicial dictada por un tribunal agrario que dictó una sentencia abiertamente sesgada), son las Ferias más importantes que nos quedan en nuestro calendario.
Es una pena que la Feria Taurina en Honor a Nuestra Señora del Socorro, también conocida como la Feria de la Naranja, celebrada en la ciudad de Valencia, haya quedado tristemente en el olvido de la manera más indolente.
Dos intentos lamentablemente infructuosos es lo que queda como los antecedentes más recientes del mencionado ciclo taurino.
En el 2014, la Empresa Taurina “Don Fabio Grisolía” anunciaba con especial ambición lo que en el papel iba a ser una feria que daría mucho de qué hablar pues la nómina de artistas contratados y la presentación de reses españolas daban pie a tales expectativas, las cuales se vieron frustradas por el incumplimiento por parte de los entes regionales responsables de la restauración oportuna de la Monumental de Valencia, quienes hasta en dos ocasiones pospusieron la entrega de la obra y tanto en noviembre como en marzo dejaron a todos con los crespos hechos. Todo esto sin mencionar la campaña de descrédito que ‘los carroñeros’ y ‘los profetas del desastre’ suelen hacer constantemente en contra de todo aquel que pretenda llevar a cabo proyectos tan ambiciosos y que traerían categoría a la fiesta brava en Venezuela, tal como se pretendía en esta ocasión. Éstos personajes abundan en nuestra fiesta, recordándonos donde están los verdaderos ‘antitaurinos’.
Posteriormente, un año más tarde, Agrocasta, C.A., se aboca a la tarea de “echar pa’lante” la Feria de Valencia con una propuesta menos despampanante, pero igual de atractiva tanto por los carteles presentados como porque esta propuesta suponía el regreso de tan importante ferial en la agenda taurina nacional. En esta ocasión la ‘escasez’ de reses con el trapío suficiente para ser presentados en esta feria llevan a la empresa organizadora a contratar encierros en dehesas neogranadinas y cuando ya estaba todo listo se suscitó el cierre fronterizo entre Colombia y Venezuela y no pudo efectuarse la feria por segundo año consecutivo la feria valenciana en medio de una polémica entre la empresa y un grupo de matadores criollos por un presunto rechazo a un encierro de la ganadería Tierra Blanca. Todo concluyó con una novillada fuera de feria organizada por esta misma empresa donde se presentaron en un gran mano a mano entre las dos grandes promesas de la tauromaquia de nuestro país como lo son Manolo Vanegas y Jesús Enrique Colombo, quienes lidiaron reses de las ganaderías Campolargo y Laguna Blanca en lo que fue presentado como “El Acontecimiento Taurino del Año”, en una apuesta del director de la empresa, el matador de toros Erick Cortez para no dejar la capital carabobeña sin toros un año más.
Para el presente año no hay ni siquiera la intención de dar dicha feria, pues entre los problemas propios de esta plaza (un misterio eléctrico que deja a oscuras este recinto de manera inexplicable, el guabineo constante de los nuevos administradores de la plaza y lo históricamente difícil de meter gente a esta plaza) y la misma medida judicial que limita a Maracay y que ya citamos líneas arriba, han hecho que los empresarios taurinos en nuestro país ni volteen a ver al toro que guarda la puerta grande de la Monumental "Bernardo Valencia", dejando sin feria por tercer año seguido a la capital industrial de Venezuela.
Profundamente lamentable que no haya quien(es) le haga ‘el quite’ a tan importante serial taurino, así sea con una sola tarde, del mismo modo que saliera la iniciativa de ‘echar el capote’ a la Feria de La Chinita, iniciativa que gustosamente aplaudimos desde nuestra redacción.
De momento solo nos queda disfrutar del recuerdo de lo que fue esta feria, la cual hoy está sumida en los escombros de la desidia, el desinterés y la conformidad.